Si estás pensando en sacar partido a tus ahorros e iniciarte en el mundo de la inversión o el ahorro remunerado, muy seguramente te has preguntado ¿qué es la rentabilidad? Pues bien, te invitamos a quedarte leyendo este blog, en donde seguramente podrás aclarar un poco más los conceptos de este término.
Tal vez hayas escuchado que todo activo financiero tiene tres características:
- Rentabilidad esperada.
- Riesgo asumido.
- Liquidez o disponibilidad de la inversión.
Por ejemplo, un certificado de depósito a término, o más conocido como CDT, tiene un riesgo mínimo y ofrece una rentabilidad esperada conforme a las características en qué lo abras (plazo y/o monto), pero en este tipo de productos no tienes el dinero disponible; no obstante, el CDT se considera una inversión rentable y segura, ya que desde el inicio conoces cuánto vas a ganar por tu inversión y además está respaldado por Fogafín. Es recomendable asesorarte e investigar todo lo que debes tener en cuenta antes de abrir un CDT para evitar malentendidos y demás dolores de cabeza como ocurre con cualquier forma de inversión.
Otro ejemplo es el invertir en acciones, tiene mucho más riesgo y la rentabilidad es, por tanto, potencialmente mayor; así como también lo son las pérdidas en los casos de que la acción no se comporte como lo esperabas.
“Tener la mayor cantidad de información posible sobre las opciones que tienes para invertir, te permitirá evaluar la rentabilidad esperada y el riesgo que asumirás”
Ahora, cuando haces una inversión financiera debes tener en cuenta que tu dinero probablemente estará inmovilizado o no disponible durante el tiempo que hayas decidido elegir para obtener una rentabilidad, esto dependerá en parte del producto que selecciones.
Ahora sí, al punto, ¿qué es la rentabilidad?
La rentabilidad financiera es la diferencia entre el dinero inicialmente invertido y el recibido al final del tiempo de tu inversión, y dependiendo el producto que selecciones podrá ser ganancia o pérdida (este último para los productos asociados a factores externos o volatilidades en los mercados, entre otras). La rentabilidad generalmente ese expresa en porcentaje sobre el capital invertido.
Por ejemplo, para este cálculo requieres la inversión sobre un inmueble y la ganancia que ha generado. Esta se conforma por la diferencia entre el precio de venta y la ganancia capital (inversión). Al realizar la compra por $110.000.000 y decidir ponerlo en venta tiempo después, por valor de $150.000.000 tienes reflejada un porcentaje de rentabilidad del 33,4%.
Otro ejemplo de rentabilidad puede ser la ofrecida en un CDT, asumamos que inviertes un monto de $10.000.000, a un plazo de 360 días, y te ofrecen una tasa del 15% (efectiva anual); desde el inicio estás conociendo la rentabilidad que este producto te está dando. Por eso, para los inversionistas, usualmente los de perfil conservador, este producto es uno de sus favoritos, porque no asumen casi riesgos en él y además conocen desde el inicio la rentabilidad que les generará al momento que finalice su inversión.
Ya que tienes un poco más claro las características de los activos financieros y lo que es la rentabilidad, podrás seleccionar de una mejor forma tus productos al momento de invertir o de ahorrar. Además, es muy importante que conozcas a qué perfil de inversión perteneces, puesto que esto te dará una idea de ese producto más afín a tus necesidades.